Ernesto Maruri Psicólogo Clínico Pamplona Orientación Psicoanalítica
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LO QUE QUIERO, NO LO DESEO, Y LO QUE DESEO, NO LO QUIERO
(2006)

“Sí, claro que quiero estudiar arquitectura, pero me bloqueo, no me concentro. He repetido dos cursos. Quiero acabar pero no sé si podré. No me sirve con la fuerza de la voluntad. ¿Qué me pasa?”

En psicoanálisis, distinguimos entre lo que uno “quiere” y lo que “desea”. Lo que “quiero” es lo que pretendo conscientemente. En cambio, el “deseo” es inconsciente.

Este joven quiere hacer arquitectura, pero no se da cuenta de que alberga un deseo en contra. Necesitará averiguar en un tratamiento si lo que desea, sin saberlo, es cursar otra carrera o estudiar una formación profesional o ponerse ya a trabajar... También tendrá la oportunidad de descubrir si con su fracaso está satisfaciendo un deseo diferente, que permanece oculto: por ejemplo, contrariar a su padre, fastidiarlo, suspender “para su padre”. Un padre que, a pesar de decirle que estudie lo que prefiera, le ha expresado con formas sutiles que haga una licenciatura, y que si es arquitectura, mejor. (El padre es un aparejador que anheló ser arquitecto.)

Otra posibilidad sería que sí desea ser arquitecto, pero que este deseo está maniatado por su conflicto con el padre, y así daña al padre pagando un precio: dañarse a sí mismo. O le aterra superar al padre... Son aspectos a explorar, entre otros.

Un sujeto, si quiere y desea salir de atolladeros como éste, habrá de saber más de los resortes inconscientes que le abocan al fracaso, del cual él mismo es responsable, y para el cual, con la ayuda necesaria, posee la llave que lo podría liberar.

El proceso psicoanalítico iniciado porque uno sufre, halla el motor en el amor a saber más de uno mismo, a saber lo que no sabe que sabe, y así ser capaz de conducirse mejor en la vida. Se trata, en fin, de hacer coincidir (en la medida de lo posible) lo que quiero con lo que deseo: quiero lo que deseo, y deseo lo que quiero, y así puedo moverme y desplegar mis capacidades en pos de ello.

Y cuidado cuando uno vive su deseo como un imposible o como una insatisfacción incesante. Estas dos posiciones neuróticas (la primera, obsesiva; la segunda, histérica) torpedean la senda de los logros personales y dificultan las relaciones interpersonales.
2006

Ernesto Maruri Psicólogo Clínico Pamplona Orientación Psicoanalítica