Poco después de comenzar el siguiente curso
en
Me parece muy bien que no hayas tomado más que dos asignaturas [de filosofía, además de estudiar griego] para que seriamente cumplas con ellas y no descuides tu Literatura que para mí tiene más importancia que todas las carreras, o, mejor dicho, ésa es la carrera por excelencia para ti y para mí. (...) Que sigas escribiendo con la misma frecuencia y contándonos todo lo que hagas. [Esta es la primera carta que se conserva de su madre].
Hasta ese momento, Lorca ha publicado Impresiones y paisajes (abril de 1918), que es un libro de prosas nacidas en sus viajes estudiantiles, y ha estrenado la obra teatral El maleficio de la mariposa, 22 de marzo de 1920, con un rotundo fracaso.
Tiene por publicar, entre otros textos, los versos que el 15 de junio
de 1921 se editarían con el título de Libro
de poemas.
Otras
cartas de su madre:
18-XI-1920:
Dices que estudias regular y lees desaforadamente.
Esto último me parece exagerado y si te molesta la cabeza debes hacerlo con
moderación pues lo primero es la salud. Escribes también y eso me agrada
muchísimo porque yo no quiero que abandones lo tuyo, lo que te gusta, ni
decaigas en tus aspiraciones hasta que consigas, si Dios quiere, todo lo que tú
deseas.
?-XI-1920:
Ten tranquilidad que yo confío en que
Dios mediante conseguirás ver realizados con éxito todos tus deseos.
16-I-1921: Siento tanto que tu viaje fuera tan malo,
hasta el extremo de que no hayas podido escribir en ocho días y poquita cosa.
(...) tú no has nacido más que para hacer lo que a ti te agrada y trepe el que
trepe. Todo esto lo siento muchísimo, primero por ti porque serás el primero en
recoger el fruto de no ser un hombre regular y hacer las cosas a su tiempo y
con talento (hablo de todo en general) y, segundo, porque la responsabilidad de todas las contrariedades que
pudieran resultarte a ti, seré yo. (...)
Para lo mucho que tienes no quedan más
que unos cuatro meses y por lo tanto no puedes perder ni un día, ni dejar nada
para mañana como tú acostumbras. Que el tiempo vuela y muy pronto cumplirás
veintitrés años y es la hora de trabajar y lanzarse decididamente a ser, pero
con entusiasmo y valentía, sin temerle a nada ni a nadie. Desde luego que estás
en Madrid por tus aficiones literarias, y como pretexto has tomado dos
asignaturas que tienes que cumplir con ellas sin abandonar lo demás, y basta ya
de camelos.
24-I-1921:
Dime qué haces y si estás tan ocupado que
no puedes dedicarnos de vez en cuando siquiera diez minutos para que sepamos de
ti, cuando yo te dedico el día entero y la mayor parte de la noche, aunque a ti
te parezca que exagero.
1-III-1921:
Yo deseo mucho que no abandones los
estudios, pues tú comprendes mejor que nadie que necesitas cultivarte y eso se
hace a fuerza de estudio aunque es muy penoso, pero no hay (más) remedio que dominarse y trabajar mucho que
ya recogerás el fruto.
VICENTA LORCA:
Hija única, nacida en Granada en 1870, un mes y doce días después de la muerte de su padre, Vicente. Madre e hija quedan en una difícil situación económica.
De
En 1890 se tituló en Granada como maestra, con sobresaliente en casi todo. Opositó con éxito y en 1892 comenzó a dar clases en una escuela de Fuente Vaqueros (Granada). Allí se instaló con su madre, que murió en 1893 de una pulmonía: Después de tanta lucha, de tantos esfuerzos, saco el título y ¿qué pasa? Pues mi madre va y se muere.
El 27 de agosto de 1897 se casa con Federico García Rodríguez (viudo, adinerado
hombre de negocios) y abandona su trabajo. Nueve meses y nueve días después,
nace su hijo Federico.
2-V-1921:
Que hagas todas tus cosas bien y con
actividad, pues yo quiero que le des a tu padre gusto y cumplas lo prometido,
si no todo lo más que puedas y de esa manera lo tendrás dispuesto para todo y
contento. Yo por mí no te pido nada pues estando tu padre satisfecho también lo
estoy yo.
27-VI-1921:
Lo que recibimos el domingo fue el libro
(Libro de poemas) tan deseado por todos
y principalmente por mí por muchas cosas y la primera y principal de todas por
darle gusto a tu padre que ya sabes tú que es buenísimo, pero que nos está
costando trabajo que se convenza de ciertas cosas porque seguramente él pensaba
en otras. El libro nos ha gustado una enormidad; yo, como estoy acostumbrada a
tu manuscrito (caligrafía) que es tan
malísimo, cuando he podido leer sin titubeos he quedado encantada: cada cosa
que leo me gusta más y me parece mejor, y cuanto más se lee y se relee más aún
porque, hijo, dices tantas cosas en verso que tu libro se debe leer despacio.
Tus hermanos, aunque lo conocían,
andaban detrás de papá como mariposas y no dejaron que leyera más que una cosa
o dos que le gustaron muchísimo y él, entendiendo el deseo que tenían, les dio
el libro y se fueron a