Ernesto Maruri Psicólogo Clínico Pamplona Orientación Psicoanalítica
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DESHOJÁNDOME LA MARGARITA
(2003)

Recuerdo hoy, en esta sesión, aquella primera en que comencé el tratamiento. Llegué empachado de sufrimiento y... empuñando mi margarita. Te dije algo así como: “Estoy aquí para enfrentarme a lo que me pasa y dejar este horror. Pero no sé si me va a servir esto. Me dices que el proceso de cura requiere tiempo y paciencia y trabajo de cuestionamiento personal. ¡Qué esfuerzo! Pues no sigo... o sí... o no... o sí”. Afortunadamente, me quedé con la hojita del sí.

Durante los primeros meses de sesiones, echaba la culpa a los demás de mis desgracias: A mi padre que no me hacía ni caso, a mi madre que no me dejaba en paz, a esa persona que me traumatizó cuando me hizo aquello que estuvo tan mal, a mi pareja que no hacía por satisfacerme... Alcancé un momento crucial: ¿Me hago cargo de que yo soy responsable de lo que me pasa o no..., o sí..., o no..., o sí...? Fue doloroso (pero soportable y, a la postre, fructífero) tomar conciencia de que, aunque yo no me diera cuenta, inconscientemente, los motivos de mi sufrir están en mí. Así pues, la sartén de mi cura la tengo yo por el mango, no los otros. Mi cambio no depende de lo que me hagan o me dejen de hacer, sino de mí. Por ejemplo: ¿Por qué me tomé de esa manera aquello que me hizo mi (...)? ¿Para qué lo consentí? ¿Qué satisfacción que me fue malsana obtuve de ello? ¿Para qué me torturo de este modo? ¿Qué me amenaza si dejo caer este síntoma? ¿Qué hago con lo que me falta, con mi falta? ¿Qué viví como un exceso que no pude tolerar y enfermé? Cuando me hacías estas preguntas y otras, no las entendía, pero me han ido llevando a una luz nueva sobre mí que hace que mi vida mejore.

En la actualidad, estoy con la margarita de mi deseo: ¿Quiero lo que deseo... o no? ¿Deseo lo que quiero... o no? Todavía no entiendo esta diferencia entre lo que quiere mi voluntad y lo que en el fondo deseo. Y ya para rematar (o mejor dicho, para revivir), a ráfagas me empiezo a dar cuenta de que sufro para protegerme de lo que deseo. ¿Y qué es? Aún no lo sé ni lo comprendo, pero no voy a darle vueltas y vueltas: dejaré que me resuene por dentro este descubrimiento y ya habrá tiempo de concretarlo. Hoy me siento esperanzado y más vivo.
2003

Ernesto Maruri Psicólogo Clínico Pamplona Orientación Psicoanalítica