Ernesto Maruri Psicólogo Clínico Pamplona Orientación Psicoanalítica
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PADRES E HIJOS: !AY, QUÉ DECEPCIÓN...!¡QUÉ GUSTO!
(2003)

Tenía 80 años cuando le preguntaron por qué no había tenido hijos: “Para no decepcionarlos y para que no me decepcionaran”.

Todo encuentro con el otro es fallido... pero esto no quiere decir que vivamos en un valle anegado por las lágrimas.

El primer otro fundamental es la madre... y el padre. Lo que los padres esperan de sus hijos nunca se cumple completamente. Tampoco lo que estos padres esperaron de sus padres. Así pues, todo encuentro contiene una parte de desencuentro y de decepción. Ahora bien, lo sano es que los padres sean suficientemente deseantes del hijo, suficientemente buenos y suficientemente aceptadores.

En todo encuentro entre padres e hijos hay insatisfacción y decepción, lo cual es necesario para lograr una separación y una independencia por parte de los hijos. El problema acaece cuando uno mantiene una batalla interminable por no decepcionar ni soportar ser decepcionado por el otro. Entonces caemos en la tinaja de los reproches incesantes, del rencor, del odio, del hacernos daño mutuamente y del hacerme daño. Todo ello al servicio de un goce que responde a una pretensión de completud, de que el otro sea TODO lo que yo deseo para mí.

He aquí una de las psicoparadojas del ser humano: en la medida en que acepto y me duelo por lo que me decepciona del otro y por lo que me decepciona de mí, ¡ay!, podré caminar en la aceptación del otro con sus faltas y en la aceptación de mí con mis faltas y limitaciones, ¡qué gusto! En caso contrario, sufriré en la guerra por un imposible: heriré y me heriré.

Ya decía el psicoanalista Jacques Lacan, yendo más allá de lo que estoy diciendo: “Amar es dar lo que uno no tiene”. Por tanto, dejarse amar es recibir del otro lo que éste no tiene, en lugar de pelearme con él para que me dé TODO lo que yo quiero que tenga para mí.

Si no entiendes algo de este miniartículo, no importa: se trata de soportar la decepción de no entender a la primera, para así dejarte cuestiones abiertas y posibilitarte un creciente saber.
2003

Ernesto Maruri Psicólogo Clínico Pamplona Orientación Psicoanalítica