Ernesto Maruri Psicólogo Clínico Pamplona Orientación Psicoanalítica
EL PERFECCIONISMO HACE DAÑO
(2001)
-Me tiene que salir perfecto.
-Cuando fallo es horrible.
-No tendría que costarme tanto.
-Tengo que poder con todo.
-He de ser el mejor.
-No hay que desfallecer.
-Debo saber cómo hacerlo.
-Yo tengo la culpa si no lo conseguí exactamente como quería.
Estas afirmaciones y otras similares apuntan a una presión perfeccionista en la persona que se convierte en un lastre que hace sufrir. Sin paciencia ni tolerancia consigo misma.
Es como si uno llevara dentro un tirano o un ogro mandón que dice cómo uno tiene que ser y cómo tiene que lograr hacer las cosas. Y si uno no cumple con estas expectativas tan desmesuradas, entonces se siente inepto, empequeñecido, tan poca cosa, tan repugnante... Y puede comenzar a reñirse fieramente, sentirse culpable, echarse su propia agresividad encima, irritarse con los demás por los más nimios motivos, sentirse ansioso, perder las ganas por continuar en sus tareas, empañar su capacidad para disfrutar, enfermar, deprimirse...
Llevar dentro un juez hiper-exigente con el dedo acusador levantado ante el más mímino desliz, representa un super-yo muy bruto y feroz. También se le llama “perro de arriba”: una fiera interna, con normas y deberías tan férreos que en vez de guiar sanamente a la persona, la ponen contra el paredón cada vez que se aparta de lo que cree que debería ser y hacer. ¿Qué sucede con este sufrimiento? Continuaremos el próximo mes. Mientras, perdónate cuando puedas; y cuando no puedas, perdónate (si puedes) por no poder perdonarte, y aprende de tus reacciones.
2001
Ernesto Maruri Psicólogo Clínico Pamplona Orientación Psicoanalítica