Ernesto Maruri Psicólogo Clínico Pamplona Orientación Psicoanalítica
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LOS ENFADOS: LO QUE PONGO ENCIMA Y LO QUE PONGO DEBAJO - I
(2001)

El enfado, la ira, la rabia son emociones que nos sirven para poner límites a conductas de los demás. Son un modo de decir NO a eso que el otro me hace y que no quiero tolerar. También pueden ser una reacción a una herida interna que habita debajo.

Son emociones sanas. Lo inconveniente reside en poner encima:

1.-Maneras inadecuadas de expresarlas.

-Agresiones directas: pegar, insultar, amenazar...

-Agresiones indirectas: culpar, ignorar al otro, callar (un tupido muro de silencio que sé que al otro le hace daño), hacerse la víctima para que el otro sufra y se sienta culpable, somatizar (una dolencia física sustituye a la expresión de la emoción), aislarse, sacar asuntos pendientes o trapos sucios del baúl (no para lavarlos sino para arrojárselos al otro a la cara), meterle al otro el dedo en la llaga (tocarle donde sé que le duele, para que se joda), interpretar al otro su acto según a mí me conviene, soltar mi enojo a otro que no es aquel con quien estoy enfadado (por ejemplo, vengo de trabajar hecho un basilisco por una discusión con el jefe y se lo hago pagar a mi pareja, o estoy enfurecido con mi pareja y salto contra mi hijo...), negarle al otro el pan y la sal, cometer un acto que sé que al otro le duele profundamente...

2.-Otras emociones distintas. Por ej., transformo la rabia en tristeza o en miedo.

3.-Instalarnos permanentemente en ellas. Hostilidad e irritabilidad cotidiana.

4.-Tragarlas y que crezcan aprisionadas dentro como bloques de granito.

5.-Volverlas contra uno mismo: mecanismo llamado “retroflexión”. Hago contra mí lo que no me atrevo a expresarle al otro. Me autoagredo, me hago daño, somatizo, me lesiono, me riño fieramente, me deprimo, me castigo... Me culpabilizo. En realidad esta culpa es un modo de echar contra mí la ira que no puedo expresar a aquel con quien estoy enojado.

6.-Tornarlas resentimiento y rencor : Ira rancia, antigua, almacenada.

7.-No tomar conciencia de la herida abierta, de los dolores, las faltas o carencias, las necesidades y deseos que palpitan debajo. Lo sano es darnos cuenta de lo que hay debajo y así hacer una expresión adecuada del enojo. Esto lo continuaremos en el siguiente artículo.

Sobre emociones en general te recomiendo este libro: Leslie Greenberg, “Emociones: una guía interna”, Desclée De Brouwer.
2001

Ernesto Maruri Psicólogo Clínico Pamplona Orientación Psicoanalítica