Ernesto Maruri Psicólogo Clínico Pamplona Orientación Psicoanalítica
FOBIAS
(2001)
Es el miedo una emoción sana. Nos sirve como guía y prudencia en la vida. Apunta a situaciones nuevas o desafíos que hace falta atravesar. De hecho, cuanto más conscientes seamos de nuestros miedos, más preparados estaremos para transitarlos.
El problema viene cuando rechazamos o tapamos nuestros miedos genuinos, lo cual puede aflorar en síntomas.
Lo patológico es la fobia, el miedo al miedo: el pavor a pasar miedo, lo que lleva gradualmente a tres tipos de conductas:
Primero, de huida, y segundo, de evitación. Por ejemplo: me entra un miedo a que me pase algo malo en el autobús (me siento con ahogo, muy palpitante el corazón, con sensación de mareo, pensando que puedo desmayarme o perder el control...), así que escapo de la situación y me bajo antes de mi parada. Entonces me siento aliviado. Esto puede desembocar en una conducta de evitación: a partir de ahora dejo de subir al autobús, lo cual limita mi vida.
Tercero, de sobregeneralización: Con el tiempo, mis miedos son más grandes y se extienden a otras situaciones similares: no puedo ir a sitios cerrados (cine, tren, coche, ascensor...) o a lugares con mucha gente... y llega incluso a hacérseme difícil salir de casa...
Es necesario poner remedio a esta fobia antes de que se extreme aún más. Es necesario el tratamiento psicológico para posibilitar el reencuentro con el disfrute de la vida, para indagar qué hay debajo del sufrimiento fóbico. Bajo la fobia hay una herida que el síntoma está tapando. Tal herida queda inconsciente. El síntoma es, paradójicamente, la puerta de entrada a la vía de la exploración de aquello que está ocultando. En la medida en que se va recorriendo el camino hacia las heridas internas y fuerzas ocultas que el síntoma tapa, podremos poco a poco verlas, comprenderlas y encaminarlas a la curación. Así, los síntomas irán perdiendo su razón de ser y empezarán a caer.
2001
Ernesto Maruri Psicólogo Clínico Pamplona Orientación Psicoanalítica