Ernesto Maruri Psicólogo Clínico Pamplona Orientación Psicoanalítica
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PSICOTERAPIA, VIAJE Y BÚSQUEDA DE UNO MISMO
(2001)

EL VIAJE COMO METÁFORA

DE LA BÚSQUEDA

DE UNO MISMO.

LAPSICOTERAPIA

COMO VIAJE

 

Fragmento de mi tesina ÉRASE UNA VEZ UN CUENTO ENPSICOTERAPIA: SIMBAD, PETER PAN Y OTROS (2001)

 

 

 

 

Cuando emprendas el viaje hacia Itaca

ruega que sea largo el camino,

lleno de aventuras, lleno de experiencias.

A los Lestrigones, a los Cíclopes

o al fiero Poseidón, nunca temas.

No encontrarás trabas en el camino

si se mantiene elevado tu pensamiento y es exquisita

la emoción que toca el espíritu y el cuerpo.

Ni a los Lestrigones, ni a los Cíclopes,

ni al feroz Poseidón has de encontrar,

si no los llevas dentro del corazón,

si no los pone ante ti tu corazón.

Ruega que sea largo el camino.

Que muchas sean las mañanas de verano

en que - ¡con qué placer! ¡con qué alegría! -

entres en puertos nunca antes vistos.

Detente en los mercados fenicios

para comprar finas mercancías,

madreperla y coral, ámbar y ébano,

y voluptuosos perfumes de todo tipo,

tantos perfumes voluptuosos como puedas.

Ve a muchas ciudades egipcias

para que aprendas y aprendas de los sabios.

Siempre en la mente has de tener a Itaca.

Llegar allá es tu destino.

Pero no apresures el viaje.

Es mejor que dure muchos años

y que ya viejo llegues a la isla,

rico de todo lo que hayas guardado en el camino

sin esperar que Itaca te dé riquezas.

Itaca te ha dado el bello viaje.

Sin ella no habrías aprendido el camino.

No tiene otra cosa que darte ya.

Y si la encuentras pobre, Itaca no te ha engañado:

sabio como te has vuelto con tantas experiencias,

habrás comprendido lo que significan las Itacas.

 

KONSTANTINOKAVAFIS, Itaca

 

 

Hasta entonces habíavivido en la infancia, en aquel momento empezaba verdaderamente mi juventud.(...) A mis 34 años empezaba la auténtica primavera de mi vida; pero laprimavera tiene también sus días grises y sus tormentas hasta que llega elverano luminoso y cálido. Y esos días grises y esas tormentas son necesariaspara que madure lo que tiene que madurar.

 

HANS CHRISTIAN ANDERSEN

El cuento de mi vida, II, 53

 

 

 

 

El viaje como metáfora de la búsquedade la propia verdad, como simbolizan los viajes de Sindbad. Labúsqueda del hontanar interno.

Tomemos por un trecho el afluenteetimológico. VERDAD: “En griego, aletéia: se refiere, sobre todo, adesvelar el presente [el aquí y ahora de la terapia gestalt]. En latín, véritas:la fidelidad y exactitud del pasado [el allí y entonces del psicoanálisis]. Yen hebreo, emunah: verdad en el sentido de confianza en el futuro [elmás allí y después].” (ROJAS, 2001, 34) Por tanto, el viaje a la verdad internatranscurre en un presente que tiene en cuenta de dónde venimos y adónde vamos.

 

Vimos los cuentos como viajes en elcapítulo “Cuentos: interpretaciones psicológicas e implicaciones terapéuticas”.Demos un espacio ahora a otros símbolos emparentados con los cuentos: losviajes de los mitos como acercamiento al ser.

“Los mitos son mapas abiertos alsignificado que se pueden leer de muchas maneras. (...) [Es posible] ver encada uno de ellos facetas y aspectos de la psique, energías emocionales,estados de conciencia, rasgos de carácter... porque al ser imágenes queprovienen de la psique, nos hablan de la psique: de su estructura, su orden ysu fuerza, en términos simbólicos. (...) ‘Un símbolo verdadero nos conduce alcentro del círculo, no a otro punto de la circunferencia. A través delsimbolismo, el hombre entra afectivamente y conscientemente en contacto con suyo más profundo, con otros hombres y con Dios’, según Thomas Merton.” (SANJURJO,pág. II) Los mitos, como los cuentos, son un reflejo simbólico a través delcual podemos descubrirnos.

No sólo los cuentos y mitos de laliteratura oral o escrita: también las historias, mitos y cuentos (de lacultura y de nuestra familia) que hemos mamado gustosamente o que nos hanincrustado. “Cada persona es un depósito de historias. Según el grado en quecualquiera de nosotros persigue su autonomía, debe comenzar un proceso debúsqueda a través de la basura y los tesoros que le han sido dados, guardandoalgunas cosas y rechazando otras. Alcanzamos nuestra dignidad y poder sólocuando creamos un relato narrativo de nuestra propia vida, dramatizamos nuestraexistencia y forjamos un mito personal coherente que mezcla elementos denuestro mito cultural y familiar con historias originales que provienen denuestra propia experiencia. (...) Lo que dijo Santayana acerca de las culturases igualmente aplicable a los individuos: ‘Aquellos que no recuerdan lahistoria están condenados a repetirla’. Si no nos esforzamos en ser conscientesde nuestros mitos [y cuentos] personales, iremos siendo dominados gradualmentepor (...) compulsión repetitiva, complejos autónomos, huellas, rutinas,guiones, juegos [las dos capas más superficiales de la neurosis]. (...) Parapermanecer vibrantes a lo largo de la vida debemos estar inventandoconstantemente, entrelazando nuevos temas en nuestras narrativas vitales,recordando nuestro pasado, examinando nuestro futuro, reautorizando el mito porel cual vivimos. (...) Todos tenemos un cuento fascinante que contar, un mitoautobiográfico. Y cuando nos contamos nuestros cuentos (...), descubrimos a lavez el sentido de nuestras vidas y nos vemos sanados de nuestro aislamiento ysoledad. Aunque pueda parecer extraño, el autoconocimiento comienza con laautorrevelación. No sabemos quiénes somos hasta que nos oímos a nosotros mismoshablando del drama de nuestra vida (...)” (KEEN, Su viaje mítico, 15, 16, 20) He aquí una propuesta psicoterapéuticacon los cuentos y mitos en que la vida de cada uno se ha convertido. Se tratade escarbar, tomar, desechar y transformar hasta dar con los cuentos y mitosauténticos de cada persona. Es un abordaje terapéutico complementario altrabajo con los cuentos descrito en el capítulo supradicho, donde tomábamos loscuentos como proyección y símbolo de los conflictos del sujeto.

Otra perspectiva sobre los viajescuentísticos y míticos hacia uno mismo: Primero, un descenso o inmersión en las profundidades del ser, en contactocon el puchero de experiencias que encontramos (entre ellas, las dificultadesde permanecer en la vivencia, con temores, desesperaciones, infiernos, dolores,heridas abiertas, iras, odios, deseos, represiones... como Sindbad en la 3ª y4ª etapas). Después, un ascenso:integración de lo experimentado, autoapertura, consciencia de sí, transformación sana y regresoenriquecido (como Sindbad a lo largo de las últimas tres etapas). “Dichorecorrido, incluyendo tránsitos por diversos ‘paisajes’ (repletos devalles, desiertos, ascensos a montañas, descensos a grutas, laberintos,volcanes...) y encuentros diversos con múltiples seres, posee unadinámica regresiva (de introvisión y rescate del ‘alma infantil’ contodas sus luces y sombras) y otra prospectiva, que propulsa al serhumano hacia un proceso madurativo, de búsqueda de una ‘vida propia’. Resulta,por tanto, un proceso de individuación.” (ZAPIRAIN, 30)

El itinerario del héroe es una metáforadel proceso de individuación, de la exploración vital y del trayectopsicoterapéutico. “El camino común de la aventura mitológica del héroe es lamagnificación de la fórmula representada en los ritos de iniciación:separación-iniciación-retorno.” (CAMPBELL, 1949, 35) Y en la bajada a lospropios infiernos accedemos al lugar que si tocamos nos rescatará a nuestraverdad. “En los mitos, en el fondo del abismo surge la voz de salvación. Elmomento más negro es el momento en que el verdadero mensaje de transformaciónestá a punto de suceder. De lo más oscuro surge la luz. (...) El paraíso y elinfierno están dentro de nosotros, y todos los dioses están dentro de nosotros”(CAMPBELL, 1988, 72, 73) A semejanza de los cuentos, cuyos personajes estándentro de nosotros. El cuento, como el mito, es la manifestación en imágenessimbólicas y metafóricas, de los conflictos de la persona: amores y odios,miedos y deseos...

El mitólogo Joseph Campbell detalla la travesía del héroe:

 

“El héroe mitológico abandona su choza ocastillo, es atraído, llevado, o avanza voluntariamente hacia el umbral de laaventura.

Allíencuentra la presencia de una sombra que cuida el paso. El héroe puede derrotaro conciliar esta fuerza y:

-Entrar vivo al reino de la oscuridad (batalla conel hermano, batalla con el dragón; ofertorio, encantamiento)

-O puede ser muerto por el oponente y descender a lamuerte (desmembramiento, crucifixión).

Detrásdel umbral, después, el héroe avanza a través de un mundo de fuerzas pocofamiliares y, sin embargo, extrañamente íntimas:

-Algunas de las cuales lo amenazan peligrosamente(pruebas)

-Otras le dan ayuda mágica (auxiliares).

Cuandollega al nadir [cenit, punto culminante] del periplo mitológico, pasa por unaprueba suprema y recibe su recompensa. El triunfo puede ser representado como:

-La unión sexual del héroe con la diosa madre delmundo (matrimonio sagrado)

-El reconocimiento del padre-creador (concordia conel padre)

-Su propia divinización (apoteosis)

-O también, si las fuerzas le han permanecidohostiles, el robo del don que ha venido a ganar (robo de su desposada, robo delfuego).

Intrínsecamentees la expansión de la conciencia y, por ende, del ser (iluminación,transfiguración, libertad).

Eltrabajo final es el del regreso:

-Si las fuerzas han bendecido al héroe, ahora éstese mueve bajo su protección (emisario)

-Si no, huye y es perseguido (huida contransformación, huida con obstáculos).

En elumbral del retorno, las fuerzas transcendentales deben permanecer atrás; elhéroe vuelve a emerger del reino de la congoja (retorno, resurrección).

El bien que trae restaura al mundo.”

(CAMPBELL, 1949, 223, 224)

 

Excepto el ser matado por elantagonista y la divinización del protagonista, el resto de peripeciasdescritas por Campbell para el héroe mítico se ajustan, en general, al héroetípico de los cuentos.

 

Apartemos ahora los estudios ytratados: miremos en un relato policial de pesquisas de detective (lapsicoterapia es una experiencia co-detectivesca) del escritor EstebanPadrós, ‘Retorno al presente’, protagonizado por el comisario LorenzoSánchez-Tello: “Llegar a la verdad no es fácil. Se necesita valor moral parailuminar el pozo oscuro en donde suele yacer. Valor para contemplar la tremendafuerza y la tremenda debilidad de los seres humanos. Si ahora, al final de labúsqueda, el temor a la verdad le asustaba, traicionaría todo su esfuerzo y sunaciente vocación. (...)

A lamayoría la ignorancia no les inquieta en absoluto. Al contrario, la ignoranciales da seguridad. Conforma un mundo de límites pequeños y estables que creencontrolar. Abrir los ojos a lo que no saben, les produce vértigo, lesdesorienta y espanta. (...)

La tenacidad (...) es indispensableen mi profesión. En cuanto a la verdad, le diré: alcanzarla siempre gratifica,aunque a veces espante.” (PADRÓS, 1996, 76) Una seguridad falsa, ahíta deinseguras aguas alcantarilladas, como Peter Pan en su presidio del País delNunca Jamás Sabré De Mí. La falsa seguridad, es decir, la enfermedad como modode protegerse de las inseguridades internas. Al contrario de Sindbad, que salede su existencia limitada y aparentemente segura para viajar a través de lainseguridad de las aguas tempestuosas y de los peligros de lugares ignotos yseres desconocidos, hasta alcanzar la autenticidad de sí mismo. Recordemos lapolaridad Sindbad el marino (Autocontacto) y Peter Pan (Autorretirada).

Losviajes, las epopeyas, las leyendas, los cuentos... “La Odisea, la DivinaComedia, el Edipo rey, el Fausto, el Moisés bíblico, (...) textos que acompañana Freud a lo largo de su propio viaje, y a los que cita permanentemente ya queconsidera que los poetas, los creadores expresan (aun sin saberlo) laproblemática de la vida inconsciente.” (BARAVALLE, 1990, 7) También cita Freudlos cuentos en:

- Sueños con temas de cuentos infantiles(1913).

- El tema de la elección de un cofrecillo(1913).

- Historia de una neurosis infantil (Caso del‘Hombre de los lobos’) (1914).

- Lo siniestro (1919).

“Muchosanalizantes y muchos analistas consideran el psicoanálisis [lo mismo vale parala psicoterapia] como un viaje, un desplazamiento, un cambio de manera general.De modo amplio, este viaje metaforiza no sólo la encrucijada fatal en la queEdipo da muerte a su padre, sino también (...) y fundamentalmente el viaje comoincursión al territorio del pasado. Para nosotros, como analistas, los sueños ylas fantasías de los analizantes son, en tanto formaciones del inconsciente enanálisis, viajes exploratorios al mundo de la transferencia” (BARAVALLE, 1990,7)

“El viaje de Fausto en busca de la‘completud’. (...)

El viajede Moisés es busca de la tierra prometida, del ‘Paraíso’. (...).

El viajede Dante, en la Divina comedia, enbusca de la ‘salvación’ cuando ha sido desterrado. (...)

El viajede Edipo en busca de la Verdad, guiado por el oráculo. (...)” (BARAVALLE, 1990,8)

El viaje de Sindbad en busca de suspropios tesoros.

 

“Lo que importa es el camino delguerrero [o del navegante, del comerciante, de Sindbad...], el camino delpaciente. Hay que renunciar a la meta, que lo único que tenga valía sea elcamino cotidiano. El camino es el arquetipo. La búsqueda es un arquetipouniversal, también el encuentro, aunque cada caso es individual. Esto apareceen todas las culturas, en todas las épocas: el hombre sale a buscarse a símismo.” (BORJA, 57)

Lo reflejan estos versos de AntonioMachado,

de Campos de Castilla (“Proverbios ycantares”, XXIX):

 

Caminante, son tus huellas

el camino, y nada más;

caminante, no hay camino,

se hace camino al andar.

(MACHADO, 223)

 

Versosque trastrueco a mi conveniencia:

 

Caminante, no hay meta,

se hace meta al andar.

Pero no andar por andar andando sinocon la consciencia íntegra abierta tanto a los sucesos externos como a lasexperiencias internas. Así, Sindbad se enriquece psicológicamente en sus viajestras perderlo todo (salvo a sí mismo).

Lo creativo, sano y terapéutico consisteen explorar con la continuidad del darse cuenta, elaborando lo que supone paracada uno aquello de lo que se percata, ubicándose, reordenándose y rescatándoseen su propia historia de vida. Como dijo Pessoa. “Acontécete ante ti mismo”(PESSOA, 1985, 137).

Andar por andar andando con la ilusiónimaginaria de que uno progresa es permanecer paralizado, autointerrumpido,varado, entelarañado, neurótico. Esto expreso en mi Antología de relatos de retrete, en el ‘final 17’ de “Hombreencerrado” (Relato neurótico obsesivo con un principio y cuarenta finales):

 

Elhombre no sabe caminar en línea recta. Tampoco sabe que no sabe caminar enlínea recta. Camina sin parar y no sabe que sólo anda en círculos, así que nose da cuenta de que está encerrado en una celda. Cree que avanza a través delas tinieblas en pos de la luz. Hasta que se hace viejo y muere.

(MARURI, 98)

Andar por andar andando o andarúnicamente para llegar, tanto da lo uno como lo otro, pues así el caminopersonal queda desatendido y el crecimiento interior, anulado. Certeramente loescribió José Bergamín:

 

El que sólo busca la salida

no entiende el laberinto,

y, aunque la encuentre,

saldrá sin haberlo entendido.

 

En Sindbad la clave no es la llegadasino el viaje. Sus aventuras son símbolos de sus eventos internos. Continuar enla búsqueda sin forzarse en hallar, propicia, paradójicamente, el encuentro.

 

Dos poemas esclarecedores de JacoboGringberg-Zylberbaum, psicofisiólogo mexicano:

 

ENCONTRAR

 

Enseñamosa buscar respuestas.

Yen buscar buscamos.

Olvidamosque lo que buscamos

poseemos,que las respuestas

somos.

¿Quéson si no, el ver, el oír

yel sentir?

(...)

Porquesi en encontrar encuentro,

larespuesta será conmigo.

Noposeo otro regalo,

noconozco otra vida,

puessi en encontrar no busco,

nisoy ni me siento.

 

Ylo sé cuando olvido,

puesentonces recuerdo

queen el oír oyendo

yen el ver viendo

meencuentro.

(GRINBERG-ZYLBERBAUM,1978, 182, 183)

BÚSQUEDA

 

Vida que en buscar

se pierde, sin saber

que de buscar la

vida trata.

 

Anticipación de intentos

que encontrar

pretenden.

 

Encuentros que

en búsqueda

se convierten.

 

Previsión y

miedo, culpas

y pensamientos,

desilusiones y

futuros,

pasados de

embeleso.

 

Y todo por no

saber que

todo es intentos.

(GRINBERG-ZYLBERBAUM, 1978, 215)

 

Laterapia es acompañaral paciente en su viaje, en su búsqueda, en su camino de curación, sin forzarlo, cobijándoloal principio y soltándolo cada vez más hacia su independencia. “Los terapeutastienen el delirio de poder solucionarlo todo. Pero no hay que solucionar nada.Dar solución al problema [del paciente] es negar el problema y crear otro más.La solución es el problema mismo. (...) La posición del terapeuta ha de ser lade responsabilizar a su paciente. Paso dado es paso responsabilizado. Paso nodado, también. Si no el paciente no asumirá sus equivocaciones y culpará alterapeuta.” (BORJA, 55) “Cada persona es responsable de su propia saludmental.” (COROMINAS, 67)

“Enlos tratamientos buenos y profundos (...) el terapeuta se cuida de no dinamitarel inconsciente del paciente, va poco a poco, picando piedra, abriendo hoyopara llegar hasta la caja de Pandora. Este es un esfuerzo muy grande, y losterapeutas que lo adelantan, por lo regular, no logran ver la culminación de sutrabajo. (...) El terapeuta tiene que estar dispuesto a invertir sin esperarnada a cambio, tiene que renunciar a ver resultados. (...)” (BORJA, 58) Sindbadel marino, cuando pretende enriquecerse a toda costa, todo lo pierde. Es entonces, en el momento en ya no aspira a nadamás que a sí mismo, cuando puede acceder a sus recursos internos, recuperarse yregresar enriquecido (símbolo del crecimiento interior). Lo mismo el pacienterespecto de sí. Igual el terapeuta: no amarrarse al deseo de curar al paciente.

Lo cual conduce al deseo y laposición del psicoterapeuta. Afirma Bion en Volviendo a pensar que “el deseo de curación es precisamente undeseo que el psicoanalista [o psicoterapeuta] no debe abrigar, y lo mismo valepara todos los deseos” (COROMINAS, 64). Lo de “todos los deseos” se me antojahiperbólico: qué menos que el deseo de estar ahí y ser un compañero terapéuticode viaje. Aunque Bion es absoluto y defiende que “el deseo de ser psicoanalistaes un impedimento para ser buen psicoanalista” (COROMINAS, 64). Pero noentremos en este afluente y retornemos al cauce del río.

 

Acerca del buscar, contaba el terapeutagestáltico Jim Simkin a Claudio Naranjo esta historia:

 

A unsoldado se lo llevan al manicomio porque está actuando como un loco, siemprebuscando algo en cada rincón, bajo la alfombra, detrás de cada cosa, hasta elpunto de olvidarse de que existe el resto del mundo. Dado que nadie puedeayudarlo, se le transfiere al pabellón psiquiátrico de un hospital militar,donde continúa con la misma conducta, buscando y buscando bajo los colchones,entre las páginas de los libros, bajo la pileta... No parece haber médico odroga capaz de ayudarlo. Finalmente se decide darle la baja. Cuando el doctorle da el documento que le permite irse a su casa, el soldado exclama: “¡Esto eslo que estaba buscando!”, y su síntoma desaparece.

(NARANJO, 1993, 48)

 

Que cada cual cultive sus propiasrevelaciones.

 

Otro relato, del escritor Pedro Ugarte,“Palacios”:

 

Escomo si cada uno de nosotros fuera un palacio de infinitas habitaciones. De élse abren al exterior cientos de ventanas. Fachadas fastuosas contrastan conotras devastadas por los incendios. A su estructura pertenecen amplios salonesy también bodegas húmedas y oscuras. En sus paredes cuelgan tapices ymagníficas pinturas, pero también oculta corredores ya tapiados donde hacetiempo se cometieron crímenes horribles. Hay en él una capilla iluminada, y unasala destrozada donde aún permanecen los restos de una orgía: copas derribadas,sangre resbalando por las paredes. En el palacio hay silencios y murmullos. Haydesvanes donde la memoria acumula miles de objetos rescatados del olvido. Hayfríos zaguanes y vitrinas llenas de porcelanas diminutas, despensas repletas deincomprensibles artilugios, cachivaches que no sirven para nada. Por supuestoque mucha gente conoce ese palacio. Es tan grande que quienes viven a sualrededor no podrían ignorarlo. Pero unos apenas atravesaron el vestíbulo.Otros tan sólo lo imaginan, apoyados en la verja del jardín. Otros accedieronpor la ventana a una habitación cerrada con llave. Otros sólo mancharon suspies en la carbonera. Hay demasiadas ventanas, demasiados pasillos, demasiadasestancias olvidadas. Unos querrán juzgarlo por un insignificante adorno quevieron en el techo. Alguien que apenas recorrió uno de sus pisos ignorará elresto del palacio. Quien contempló la capilla adivinó un indudable dogmatismo.Pero quien sólo registró una habitación repleta de obscenidades tiene tambiénformado un juicio sumario acerca de su propietario. Se abrieron muchas de lasventanas, y nunca se abrieron para los mismos huéspedes. A menudo se sufrió lainsolencia de groseros invitados. Pero también hay cuartos candados a los quejamás ha entrado nadie, cuartos donde yacen olvidados bellas estatuas ymonstruos lentos y viscosos. Hay cuartos (y hay lechos) que conocieron un soloinvitado, y habitaciones de convencional decoración que más o menos todosfrecuentan. El propietario del palacio se sorprende de que a veces le juzguenpor el estado de las cuadras, o por el entresuelo, o por una viga carcomida. Éltambién podría aducir en su favor ciertas cortinas que cuida con esmero, o laluminosidad de la solana. Nadie podría hacerse una idea fiel de todo lo que hayen el palacio. Pero ¿quién soportaría un viaje tan largo, de manos delanfitrión, por sus desiertos y sus selvas? Ese viaje duraría toda una vida yaún así no sería suficiente. De todas formas, el propietario del palacio tambiénconfiesa que ni siquiera él conoce al completo el laberinto donde vive. Hayestancias que sin duda le pertenecen aunque no se hace una idea cierta deellas, otras que le esperan con su puerta franca, otras, imaginarias, que sólotransita en sueños, otras que no hollará nunca. Todo le da miedo pero a veces(sólo a veces) le parece también una misteriosa forma de esperanza.

(UGARTE, Noticiade tierras improbables, 26-27)

 

El palacio con sus distintas estanciasy objetos, el anfitrión, los visitantes... todos son elementos que representanal mismo sujeto con sus diversas facetas y estratos, con sus múltiples visionesde sí. Lo iluminado y lo oscuro de cada persona. Lo consciente y loinconsciente. Viajar por las habitaciones desconocidas del palacio es buscar lonegado de uno mismo, reapropiarse de partes rechazadas, ir al encuentro delser. Cuartos de uno mismo a los que da miedo entrar, y otros fantaseados,olvidados, idealizados, plagados de objetos que fueron útiles pero que ahorason un lastre, llenos de polvo, impolutos, puritanos, obscenos... El viaje alpalacio interior no tiene fin, al igual que no existe el autoconocimientoabsoluto. Es preciso asumir la falta o vacío estructural de todo ser humano:esta es la misteriosa forma de esperanza.

 

No dejaremos estas aguas sinpurificarnos (o mancharnos, para ser más veraces) en el manantial etimológico en pos de las acepciones de ‘buscar’, ‘buscapié’ y ‘encontrar’(citas tomadas de BARCIA):

 

BUSCAR:

 

Según el padre Larramendi su sentidoetimológico es: “Andar mirando y oliendo, registrandode bruces y de hocicos, como hacen los perros”. Es decir, rastrear [con el pleno darse cuentade los sentidos]: seguir el rastro (llamado también ‘el busco’) que deja elanimal.

Covarrubias afirma que la palabra ‘buscar’ se deriva de la caza, yaque ‘busque’ (que hoy decimos ‘bosque’) en lengua gótica significa “el monte ola selva en que hay espesura de árboles y ramas, entre la cual se esconde lacaza”. Por tanto, ‘buscar’ es lo mismo que ‘bosquear’: “poner conato, diligencia y cuidado en hallar loescondido”.

La psicoterapia es precisamente buscar (bosquear): rastrear lo escondido en la espesura del bosque:

Rastrear con elapoyo del continuo del darse cuenta del aquí y ahora (con los sentidos alertapara percibir el rastro en el terreno; con la conciencia de las sensacionesinternas y las emociones...), del procesamiento cognitivo de los datos, de lavivencia plena de la experiencia, y de la ilación con el allí y entonces (lasmarcas en el terreno fueron dejadas en el pretérito y muchas de ellas pasaninadvertidas: símbolo de la influencia del inconsciente, que es lo más escondidoen la espesura del bosque dentro del cual uno mismo se extravió y pugna porencontrarse).

Es lo que hace Sindbad en sus viajes,por mar y tierra: buscar el rastro de su propia verdad. En cambio, Peter Pan no busca porque cree que ya se haencontrado, y encontrarse es justamente lo que le espanta.

En muchos cuentos el protagonista dejala protección de los padres, sale de la seguridad del hogar y se interna en elbosque (o en otros parajes equivalentes simbólicamente) en busca de algo o dealguien que en realidad es él mismo y su crecimiento. Tras sortear peligros,matar dragones o brujas, sale victorioso: se independiza y madura. (En el capítulo“Cuentos: interpretaciones psicológicas e implicaciones terapéuticas”contemplamos los cuentos como viajes de superación personal o de terapia.)

 

BUSCAPIÉ:

 

Un buscapié es la clave con que se elucidan o descifran los pasajes más oscuros deun escrito o de una conversación. “Es la palabraque se suelta en conversación o por escrito para dar a alguien en quéentender o para rastrear y poner enclaro alguna cosa.”

Paraentender el enigma de los cuentos es indispensable que nos mantengamos atentosa los buscapiés, a los pasajes que contienen el secreto de la historia.

El psicoterapeuta y el psicoanalista,son rastreadores de los buscapiés del paciente, y promueven que élaprenda a detectar y desvelar sus buscapiés. Las expresiones corporales,las manifestaciones vivenciales y el discurso (las palabras) del pacienteconstituyen un ‘texto’ (tanto verbal como no verbal) en que se hanperdido (o jamás se formaron) algunas de sus partes, mientras que otras se hantransformado y permanecen enmascaradas, rígidas e ininteligibles. Así pues, elpaciente acude ahíto de enigmas (por ejemplo, los síntomas lo son) quedescifrar como medio para progresar en la curación. El paciente posee el saberde sí en el inconsciente (o en el ‘fondo’, en el no darse cuenta), y adjudicaal terapeuta un supuesto saber que le servirá de dispositivo facilitador paraacceder a los secretos contenidos en su propio saber. Los buscapiés ponen sobrela pista de la verdad psíquica.

Mediante metonimia o sinécdoque (quelos lingüistas diriman cuál de las dos) he ampliado el significado de‘buscapié’ y de ‘texto’ a otras expresiones de la persona que no son laspalabras: acción, cuerpo y vivencia. El vocablo ‘texto’ deriva del latín,‘textus’: “la acción de tejer, y, figuradamente, el concierto de la oración,esto es, el tejido de las palabras y de las ideas”. (El adjetivo ‘textil’pertenece a la misma familia.) No obstante, si un ‘texto’ es un ‘tejido’, ¿nopertenecen al tejido de la experiencia, entrelazadas, las palabras, lasacciones y las manifestaciones corporales? Claro que sí. Las distintascorrientes terapéuticas dirigen el foco en una u otra dirección. Por ejemplo,la Bioenergética enfatiza lo corporal; el Psicoanálisis, la palabra; laGestalt, la vivencia en el aquí y ahora...

 

ENCONTRAR:

 

Es llegar donde está otro, alcanzarle.Hallar.

De ‘en’ y ‘contra’. ‘Encontrarse’ esdarse el uno ‘contra’ el otro. O situarse ‘contra a contra’, que significa‘frente a frente’. Si bien ‘contra’ es ‘en oposición, contrario’, tambiénsignifica ‘enfrente’ (‘dícese de dos que se miran uno a otro’; ‘hacia’ -sinoposición-).

Por consiguiente, ‘Encontrarse’ es ponerse unomismo frente o hacia uno mismo, alcanzarse. Esto pretenden Sindbad, losprotagonistas de muchos cuentos y los pacientes. Mientras que Peter Pan vive(sobrevive) encastillado en el desencuentro de sí y de los demas.

 

En conclusión, la terapia es un procesode buscarse y, si es posible, encontrarse. Los cuentos suelen caracterizarsepor un final feliz que representa la consecuencia del encuentro tras labúsqueda. Peter Pan es una de las excepciones: su final es desgraciado puestoque no puede establecer una relación amorosa con la princesa (Wendy, la hija deWendy, la hija de la hija...), no crece, no se independiza y es abandonado unay otra vez por la serie infinita de niñas de las que se prenda. Peter Pan no escapaz de salir del País de Nunca Jamás al encuentro de sí mismo y del amor. Seconsume sin dejarse ser: cree que si encuentra, morirá abrasado en el hallazgoo congelado en el extravío. Estos versos describen el bloqueo de Peter Pan, larenuncia al viaje:

 

 

 

 

 

 

 

Hay vidas que se consumen

através de una ventana,

 

mueren sin encontrar

un camino,

mueren de no haber partido.

 

(...)

 

se transforman en la estatua

de aquello que esperaban,

 

son el miedo a perder,

no eldeseo del encuentro.

 

HUGO MUJICA

Noche abierta,

“Ante nada, para nada”, 19

2001

Ernesto Maruri Psicólogo Clínico Pamplona Orientación Psicoanalítica