Ernesto Maruri Psicólogo Clínico Pamplona Orientación Psicoanalítica
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GOCE SUFRIENTE
(2012)

(Este texto es un extracto de la conferencia Tiempos de Internet y psicoanálisis, 2012, que puede leerse en la sección ARTÍCULOS EXTENSOS.)

El "goce" (que está presente en los síntomas) es un término psicoanalítico.

El goce es esa mezcla turbia entre insatisfacción consciente mortificante y satisfacción inconsciente inútil.

Así, beber unas pocas cervezas es un placer, emborracharse y alcoholizarse son un goce. Jugar en Internet unos pocos solitarios de cartas es un disfrute, mientras que pasarse jugando toda la noche es un goce. El placer es distensión, moderación, templanza, lo cual mantiene al sujeto a una distancia prudencial del goce. Goce que busca el aumento de la tensión, el forzamiento, la excesiva intensidad, la barbaridad. Un goce que está confinado a la repetición.


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Hay un goce en los propios síntomas sufrientes. El que lo haya es uno de los motivos de la resistencia inconsciente a la curación. Proceso de cura que supondría la renuncia o disminución del goce, y el encauzamiento de algunas modalidades de goce en deseos fructíferos.


Un ejemplo del goce incluido en el sufrimiento y del impulso a conservar tal goce, lo encontramos en un poema-canción de Manuel Machado, La pena. Pertenece al ‘cante jondo’ del flamenco. Es una ‘seguirilla gitana’ o ‘seguirilla del sentimiento’. Las segurillas son la quintaesencia de la hondura del sentir: poca letra y mucho ‘quejío’ (tanto que pueden incurrir en el goce de la queja). Tan profundo es este cante popular, que hay cantaores y guitarristas que lo interpretan a impulsos del sentimiento, sin tener en cuenta la métrica musical. La letra habla también de que el síntoma tiene origen inconsciente. Dice así:

 

Mi pena es muy mala,

porque es una pena que yo no quisiera

que se me quitara.

 

Vino como vienen,

sin saber de dónde,

el agua a los mares, las flores a mayo,

los vientos al bosque.

 

Vino, y se ha quedado

en mi corazón,

como el amargo en la corteza verde

del verde limón.

 

Como las raíces

de la enredadera,

se va alimentando la pena en mi pecho

con sangre de mis venas.

 

Yo no sé por dónde,

ni por dónde no,

se me ha liao esta soguita al cuerpo

sin saberlo yo.






2012

Ernesto Maruri Psicólogo Clínico Pamplona Orientación Psicoanalítica