Ernesto Maruri Psicólogo Clínico Pamplona Orientación Psicoanalítica
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CUENTOS: INTERPRETACIONES PSICOLÓGICAS E IMPLICACIONES TERAPÉUTICAS
(2001)

Fragmento de mi tesina 

ÉRASE UNA VEZ UN CUENTO 
EN PSICOTERAPIA: 
SIMBAD, PETER PAN Y OTROS 
(2001) 




       Un rey quería descubrir quién era el más sabio y habilidoso de la corte. Convocó a los hombres más expertos y les dijo: “Tengo un problema y deseo ver quién de vosotros es capaz de resolverlo”. Les condujo ante una inmensa puerta y dijo: “Ahí tenéis la cerradura más grande, pesada y complicada que hay en mi reino. ¿Quién de vosotros es capaz de abrirla?”. Algunos menearon la cabeza negativamente. Otros se aproximaron a mirar la cerradura, pero dijeron que no lo podían lograr. Un anciano muy anciano, tan empequeñecido que parecía un niño, se acercó a tocar la cerradura con sus ojos y a verla con sus dedos. Intentó moverla de diferentes maneras hasta que dio un suave tirón y se abrió. Estaba simplemente ajustada, no cerrada. El rey lo eligió a él como su hombre de confianza en la corte. 
Versión propia de una historia oriental, PESESCHKIAN, El mercader y el papagayo. Historias orientales como herramientas en psicoterapia, 21.


       "Cuento que me contó mi hija Adriana, fastidiada de que le pidiera un cuento: “Había Una Vez un Colorín Colorado”". 
JOSÉ ANTONIO MARTÍN, Abretesésamo.

       "Una amiga me dijo que lo que no se podía poner en forma de cuentos de hadas no merecía la pena decirse". 
CLAUDIO NARANJO, El niño divino y el héroe, 9.


       El profesor Silber se levantó y escribió en la pizarra:
1. Sólo puedes desear realmente aquello que consideras posible. 
2. Sólo puedes considerar posible aquello que forma parte de tu historia.  
3. Sólo forma parte de tu historia aquello que verdaderamente deseas. 
Esta regla -dijo el señor Silber subrayando otra vez aquellas líneas- debéis aprendérosla bien y reflexionar sobre ella. Incluso aunque ahora no la comprendáis del todo; ya la iréis entendiendo poco a poco. 
 MICHAEL ENDE, Los mejores cuentos de Michael Ende, “La escuela de magia”, 22.


       "El niño siempre ha conocido al dragón, desde que supo imaginar. Lo que el cuento de hadas hace es proporcionarle un San Jorge capaz de matar al dragón". 
G.K. CHESTERTON, El ángel rojo.


       "Como nadie la consolaba al dormirse llorando, acababa por buscar consuelo en sí misma, contándose cuentos llenos de luz y de caricias". [Así se amparaba Ana Ozores en la niñez. Huérfana de madre. Padre ausente en la guerra.] 
LEOPOLDO ALAS “CLARÍN”, La Regenta, cap. III, 162.

       "Cualquier pena puede ser sobrellevada si se introduce en un cuento o se hace un cuento de ella". 
ISAK DINESEN 


       "En aquellos tiempos pasados en los que desear todavía servía para algo...".  
Inicio de “El rey sapo o Enrique el Férreo”: GRIMM, Cuentos de niños y del hogar, I, 41. 

       "Veo con precisión que la madrastra de los cuentos de mi infancia funcionaba en mi mente –y quizá en la mente del lector- como un sustituto de los rasgos indeseables de mi propia madre". 
 LINDA GRAY SEXTON en su autobiografía. Hija de la escritora suicida Anne Sexton. 


       En "LO SINIESTRO", Freud afirma que “en nuestros cuentos populares abundan las instantáneas realizaciones de deseos, y en ningún modo tenemos la impresión de lo siniestro. En el cuento de ‘Los tres deseos’ [‘Los deseos ridículos’ de PERRAULT, 105-116], la mujer se deja seducir por la fragancia de una salchicha asada, manifestando que también ella desearía comer una. Al punto ésta aparece en su plato. Lleno de cólera contra la atolondrada mujer, el hombre desea que la salchicha le cuelgue de la nariz. Hela allí, colgada de su nariz. Todo eso puede ser impresionante, pero de ningún modo es siniestro. En general, el cuento se coloca abiertamente en el terreno del animismo, de la omnipotencia del pensamiento y de los deseos. (...) Los cuentos de hadas ni siquiera pretenden despertar sentimientos angustiosos, es decir, siniestros. Cosa que comprendemos perfectamente y que nos lleva a pasar por alto todas las ocasiones en que tal efecto sería quizá posible”.
FREUD, 1919, pp. 2501, 2505.

       Además de los deseos, los cuentos reflejan temores, conflictos, partes de la personalidad, polaridades, las capas neuróticas, las etapas del desarrollo, procesos de curación, recorridos de independencia... y mil y una encrucijadas de la vida. 

       TOLKIEN, Árbol y hoja, y el poema Mitopoeia (59-89) distingue 4 funciones primordiales de los cuentos: 

1.Fantasía: Más allá de la imaginación consciente. 

2.Renovación: Superación personal. Acceso a recursos internos. Nuevo saber. Mejoría y retorno a la salud. 

3.Evasión: Como manera de reconfortarse. “Satisfacción imaginativa de viejos anhelos”. (83) 

4.Consuelo: Alivio. “El consuelo del final feliz. Casi me atrevería a asegurar que así debe terminar todo cuento de hadas que se precie.” (83) 

       "Frente a la ‘discatástrofe’ (evento desgraciado, como los desenlaces plagados de muertes) de las tragedias del teatro, la ‘eucatástrofe’ [acontecimiento dichoso, como los gozosos giros y el final feliz] es la verdadera manifestación de los cuentos de hadas y su más elevada misión. (...) No niegan la existencia de la ‘discatástrofe’, de la tristeza y el fracaso, pues la posibilidad de ambos [de ella y de la ‘eucatástrofe’] se hace necesaria para el gozo de la liberación: rechazan (tras numerosas pruebas, si así lo deseáis) la completa derrota final, y (...) proporcionan una fugaz visión del Gozo, Gozo que los límites de este mundo no encierran y que es penetrante como el sufrimiento mismo" (TOLKIEN, op. cit., 83, 84). 

       Los cuentos son símbolos de viajes personales, de evolución, autodescubrimiento y curación. Ayudan a los niños a enfrentarse a sus conflictos internos y crecer. Y su aplicación psicológica y terapéutica ayuda a los adultos a descubrir y enfrentarse a su conflictos. 


       ENFOQUE GESTÁLTICO

       “Una de las piezas clave en la psicoterapia gestáltica es la asunción del sentimiento o emoción genuina que una situación o acontecimiento desencadena.” (VÁZQUEZ y MARTÍN, op. cit., 9) 

       Sucede en la neurosis que la persona bloquea estos afectos auténticos (por ej., porque son dolorosos o suponen un exceso o contradicen normas internas...), sustituyéndolos por otros falsos y por síntomas. 

       Como afirman Carmen VÁZQUEZ y Ángeles MARTÍN (cap., “Cuentos para no vivir”) en Cuando me encuentro con el Capitán Garfio... (no) me engancho: “Para completar la información acerca de cómo viven mis pacientes y para recobrar sus sentimientos bloqueados suelo utilizar una técnica, de tipo proyectivo, con la que obtengo una información sustancial y sobre todo vivencial. Esta técnica consiste en la narración de un cuento” (39).

       En los cuentos se produce una proyección de material inconsciente que se coloca en los personajes y sus dramas. Los personajes y sus conflictos hablan de nosotros mismos, de ahí la identificación con ellos: no porque el personaje se parezca a mí, sino porque parte de mí es ese personaje. En los cuentos vemos, como en un espejo, nuestros asuntos inconclusos, las partes de nosotros mismos que hemos tapado, nuestro modo de relacionarnos con los demás (roles o papeles, estereotipos, juegos psicológicos, clichés), los pasos por el impasse, implosión y explosión (ver el apartado “Teoría de las cinco capas neuróticas”), las polaridades, los ciclos gestáticos de la experiencia o satisfacción de necesidades... 

       El héroe favorito (o heroína) que elegimos siendo niños, y que quizá arrastremos en la adultez “no necesariamente ha sido el mejor, sino el que más se parecía al concepto que íbamos adquiriendo de nosotros mismos a través de los mensajes verbales y no verbales transmitidos por nuestros adultos (padres, tíos, maestros...). De este modo conseguíamos en nuestra infancia tener un patrón de vida que se acomodaba a nuestras características, y, sobre todo, que nos facilitaba la posibilidad de crecer. Así, hemos conformado nuestra vida adulta con una pauta emocional basada en un cuento. Al margen de otros muchos elementos que la configuran”. (VÁZQUEZ y MARTÍN, op. cit., 40) 

       Los cuentos son símbolo del viaje a uno mismo: Según CASHDAN, La bruja debe morir. De qué modo los cuentos de hadas influyen en los niños (44-51): Hay una salida para buscar algo (el crecimiento o la curación), una travesía, un encuentro (con el dragón o la bruja...), una victoria, una conquista (una princesa o un príncipe, o un objeto precioso...) y una celebración final de alborozo (boda o regreso al hogar tras una superación personal...). El final feliz representa que las fuerzas positivas de la persona han ganado, que aunque uno lo pase espantosamente horrible puede salir adelante, que hay luz tras la oscuridad, que hay posibilidad de integración de las tendencias contradictorias de la persona, que no es malo haber sentido deseos... 

(Amplío el concepto de cuento y mito como viajes de crecimiento personal y como procesos terapéuticos, en mi texto “Psicoterapia, viaje y búsqueda de uno mismo ”. En mi web, sección "Artículos extensos Psi").


       ENFOQUE PSICOANALÍTICO

       Es Bruno BETTELHEIM quien lo desarrolló en Psicoanálisis de los cuentos de hadas (1976). 

       Aspectos esenciales de los cuentos según este punto de vista:

       -Reflejan las luchas e integraciones entre principio de placer y principio de realidad. 

       -Son externalización simbólica de deseos, pulsiones, temores, conflictos... inconscientes. 

       -Polaridad madre ‘mala’ (bruja, madrastra...) versus madre ‘buena’ (madre amorosa, hada madrina...). 

       -Polaridad niño ‘bueno’ (de afectos amorosos y generosas acciones) versus niño ‘malo’ (cólera, deseos destructivos, odio). 

       -Representan las etapas del desarrollo, desde la dependencia a la independencia, pasando por la contradependencia y otros estados intermedios. Y también las fases psicosexuales (oral, anal, genital, de latencia y fálica). Incluyendo la angustia de castración y complejo de Edipo: En las chicas, la bruja es la madre rival y el príncipe, un trasunto del padre deseado. En los chicos, el dragón o el ogro es el padre rival y la princesa representa a la madre deseada. A la vez, son la senda para salir del Edipo y poner el deseo en un hombre y una mujer que no son los padres. Así, los cuentos metaforizan los conflictos edípicos. 

       -Combates e integración entre las tres instancias psíquicas: ello, yo y super-yo, simbolizadas por los diversos personajes y sus conflictos. 

       -El inconsciente como fuente de enriquecimiento que hace falta aunar con el consciente. 

       -Tres etapas del héroe de los cuentos (BETTELHEIM, op. cit., 136-137): 

1ª) Al principio el héroe está a merced de quienes lo desprecian, burlan, maltratan o incluso amenazan con matarlo (como la reina madrastra malvada que intenta matar a Blancanieves). 

2ª) A medida que avanza la historia, el héroe a menudo necesita depender de otros que lo ayudan : criaturas inferiores como los enanitos de ‘Blancanieves’, o animales y objetos mágicos...

3ª) Al final, el héroe vence en las pruebas que se le han presentado. Se ha mantenido fiel a sí mismo y, gracias a sus victorias, alcanza su verdadera identidad. “El haber llegado a rey o reina al final del cuento simboliza un estado de ‘independencia’ verdadera, en el que el héroe se siente tan seguro, satisfecho y feliz como el niño en su mayor estado de ‘dependencia’, cuando se le cuidaba verdaderamente en el reino de la cuna. (...) El héroe se ha convertido en un autócrata, en el mejor sentido del término, es decir, se pone sus propias leyes, es una persona realmente autónoma y no un dictador respecto a los demás. (...) Se vence a sí mismo y a la maldad (que es, principalmente, la del propio héroe, proyectada en su antagonista). (...) Estos reyes y reinas de los cuentos gobernaron con sabiduría y orden y fueron muy felices. En esto debería consistir la madurez: en saber gobernarnos a nosotros mismos con sabiduría y, en consecuencia, alcanzar la máxima felicidad.”
2001

Ernesto Maruri Psicólogo Clínico Pamplona Orientación Psicoanalítica